Nico jugueteaba con un bolígrafo en clase de matemáticas, ya había estudiado aquellos en su anterior instituto y se lo sabía bien.
-Que aburrimiento de día- Pensaba una y otra vez-No ocurre nada.
Pero claro, es imposible que en una clase de instituto no ocurra absolutamente nada.
De repente comenzaron a aporrear la puerta, al abrirla aparecieron Roberto y Lucy.
Nico pensó en que hacían un divertido dúo, uno tan alto y otra tan pequeñita.
-Necesitamos la ayuda de Nicolás, Sra. García.
-Se pude saber para qué.
-Si mira usted por la ventana podrá adivinarlo- Dijo Roberto dando un paso hacia delante.
La profesora se acercó a la ventana, se puso pálida, todos los chicos la observaban.
-Nicolás ¡Sal de clase!.
Nicolás corrió con Lucy y Roberto
-¿Qué es lo qué pasa?- Preguntó sin dejar de correr.
-Hay una pelea en el patio, unos chicos del otro instituto de la zona están atacando a una chica de mi clase, por lo que pude ver por la ventana sangraba mucho, los chicos llevaban navajas así que dí la voz de alarma.-Comenzó Lucy muy preocupada, parecía muy afectada.
-Amy está esperándonos en la puerta y los demás están tranquilizando tanto a profesores como a alumnos.
-Por fin estás aquí- Amy estaba pálida, se notaba que tenía un miedo espantoso pero no quiso echarse atrás- Vamos.
Los cuatro salieron del edificio, Lucy fue la primera en actuar, cando los cuatro jóvenes se quedaron mirando a los cuatro delegados, Lucy se llevó a la chica a la enfermería y aprovecho para llamar a la policía.
Amy se acercó a ellos y pregunto muy cordial.
-¿No os importaría iros de este recinto escolar?
Los jóvenes se miraron y rieron a carcajadas, Amy aprovecho y los derribó, después aprovecho los tacones de sus zapatos para frenar los movimientos de uno de los chicos.
Nico y Roberto corrieron hacía ella. Uno de los chicos se había escondido ¡Había un quinto miembro en la banda! Su esfuerzo fue inútil, la joven forcejeó pero finalmente el chico sacó una navaja y le cortó en la parte inferior del cuello.
Amy calló desplomada al suelo, la sangre era demasiada y se acabó desmayando.
Afortunadamente la policía llegó en el momento justo.
Uno de los coches patrulla se llevó a los cinco chicos y otro llevó a Amy a urgencias, Roberto fue en el primero de los coches para testificar los hechos en comisaría y Nico en el segundo para acompañar a Amy.
La sala de urgencias estaba llena, pero todos se echaron atrás al ver llegar la camilla con Amy desangrándose.
Entre los médicos decían esas palabras de las películas, pero que Nico no llegaba a comprender.
Se pasó horas a los pies de la puerta del quirófano, no pensaba moverse de allí hasta que Amy hablase con él y le dijese que estaba bien.
Al cabo de un par de horas llegaran sus padres, su padre se quedó fuera con Brian y Nico intentaba consolar a su madre que lloraba desconsoladamente en una silla que le habían traído unas enfermeras cuando estuvo apunto de desmayarse.
Ya eran las diez de la noche, casi doce horas habían pasado desde su llegada al hospital y Amy aún no salía.
-Sra. Harris y… usted Amy se encuentra en perfecto estado, también quería decirles que los jóvenes irán a un centro de menores el juez del pueblo era el padre de la otra joven herida, así que dio una absoluta prioridad.
Su madre respiro aliviada, estaba muy cansada.
-Sra. Harris váyase a casa yo me quedaré aquí.
-No puedo hacerte eso, mañana tienes escuela
-No me da igual, usted tranquilícese y váyase a casa.
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