La noche cayó muy deprisa. La gente ya estaba dentro del hotel esperando noticias de Lucy mucho antes, pero no habían conseguido gran cosa, tan solo que estaba estable y que tenía un tobillo roto.
Amy daba vueltas en la cama, Nico se había dormido hacia un par de horas antes y Amy no tenía ni sueño ni cosas que hacer.
Se levantó y se dirigió a la enfermería para ver a Lucy.
-Carlos ¿que haces aquí?
El joven se levantó de la silla que había al lado de la puerta de Lucy, tenía los ojos hinchados de haber estado llorando y aún no llevaba puesto el pijama.
-Ha habido malas noticias. Samuel y Robert están dentro- Las lágrimas se acumulaban en sus ojos sin acabar de caer-A mi no me han dejado entrar, dicen que soy demasiado pequeño.
Amy entró decidida en la sala, una enfermera salía llorando en aquel mismo instante.
-¿Qué pasa?- Samuel estaba frente a la cama de Lucy y sujetaba su mano para medir el pulso.
-La perdemos- Robert gritaba, nunca lloraba. Nadie le había visto nunca histérico hasta aquel momento.
Amy se sentó en el suelo con las manos en la cara. Samuel se acercó a ella y puso la mano sobre su hombro.
-No habíamos visto una herida que tenía en la cabeza. Ha perdido mucha sangre- Samuel intentaba estar tranquilo pero su voz desvelaba que no lo estaba.-Sus padres vienen de camino, pero podrían tardar horas en llegar y necesita una transfusión de sangre, y ya conoces a Lucy-Su rostro forzó una sonrisa- es rara incluso para la sangre.
Quien iba a imaginar que la vida de la pequeña Lucy pendería de un hilo en un momento como ese.
-Solo hay una persona con ese tipo de sangre, la hermana de Carlos y ella se niega.- Samuel había borrado la sonrisa de su cara y volvía a mirar el pulso de Lucy.
-Yo iré a convencerla-Amy se levantó del suelo con ayuda de las manos y estiró el camisón.
Corrió por las escaleras sin acordarse si quiera que Carlos siguiera en la puerta sin saber lo que pasaba.
Comenzó a aporrear la puerta del cuarto de Soraya.
-¿Qué pasa?- Soraya llevaba el pelo en un moño y una camiseta del Hard Rock como camisón.
-Necesitamos que dones sangre. Eres la única que puede darle sangre.
-¿Y para qué la quiere? –Soraya puso una maliciosa sonrisa en el rostro.
-¡Se está muriendo!-Amy comenzó a llorar y se desplomo en el suelo.
Soraya había empalidecido en ese instante, pero no cedió.
-¿Y qué conseguiría yo?
-Lo que quieras, haré lo que me pidas, pero por favor ve a la enfermería.
Soraya comenzó a bajar los escalones.
-Tendrás que hacer que Nico salga conmigo cuando volvamos al pueblo.
Eso no costaría mucho trabajo. Nico accedería siempre que supiese el porqué de esa situación
“Iré ahora mismo a decírselo” pensó Amy.
-¡Amy! Por fin te encuentro- Nico corría hacía ella llorando-Me asustaste.
-¿Y eso?
-Acabo de estar en todas las habitaciones y no te habían visto en ninguna. Te dejaste la puerta abierta al irte y comencé a pensar que… Déjalo ¿qué haces aquí?
Amy comenzó a llorar.
-Lucy esta muy grave, necesita sangre y solo Soraya puede dársela.
-Mucho me estaña que Soraya haya ido a darle sangre. La vi bajando las escaleras.
-Bueno… Le dije que saldrías con ella al volver del viaje.
Nico frunció el ceño pero comprendió por qué Amy le había dicho eso a Soraya, sabía que Amy nunca dejaría que un amigo sufriese porque sí.
-Lo haré. Tengo que ir a un baile de máscaras al volver, el cumpleaños de Dan. Se la encasquetaré a él. Pero tú, Fer y Lidia vendréis conmigo.
Amy sonrió, pensó en lo divertido que sería ver como el acosador es acosado por Soraya.
-Ahora-Siguió Nico-Iremos a ver como está Lucy
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