lunes, 26 de julio de 2010

Capitulo 17: La Fiesta 1

La noche cubrió el cielo con un manto de estrellas luminosas.

Amy miraba por la ventana sin pestañear, esa noche era la más bonita que podía haber observado en muchos años.

-Amy baja, rápido- Su madre gritaba desde la cocina. Llevaba allí todo el día con la cámara de fotos en la mano esperando a la llegada de Nico.

Nico la esperaba en la puerta y jugueteaba cambiando el peso de su cuerpo de un lado a otro.

-Estás genial.- Dijo con una pequeña sonrisa.

Amy llevaba un corsé de color rosa y con el dibujo de una pequeña enredadera de color negro que surcaba el corsé con bellos dibujos y un faldón de tul del mismo color.

El pelo recogido en un inútil moño puesto que el cabello iba cayéndole poco a poco en cascada por la espalda.

-Foto.- Su madre no esperó a los chicos y empezó a hacer su particular reportaje fotográfico sacando incluso a Brian mirando la televisión sin darse cuenta.

-Creo que debemos irnos mama.

Los dos chicos salieron entre risas.

-Tengo un par de sorpresas.

-No me gustan las sorpresas- Amy estaba algo asustada- Te lo digo en serio. Odio las sorpresas.

-No conoces las mías.

Nico le recogió el pelo en un moño de nuevo y la condució hasta un gran coche aparcado en la vuelta de la esquina.

-Sorpresa número uno, limusina privada. ¿No es tan mala, verdad?

Amy sonrió levemente aun asustada por lo que podría pasarle en la siguiente “sorpresa”.

Entró en la limusina donde ya esperaban todos los demás.

-¡Felicidades!-Dijeron todos en excepción de Soraya.

-Y segunda sorpresa- Dijo Nico entregándole una bolsa con diversos paquetes de brillantes colores.

Amy abrió el primero, el de Lidia. Era una pluma de color lavanda con una inscripción en el metal cobrizo.

Para que te acuerdes de llevar un bolígrafo encima siempre.

El segundo fue el de Fer, un hermoso lienzo con una imagen de todos los delegados, Lidia y Fer a óleo.

Y el tercero el de Nico, una pulsera de Pandora con abalorios relacionado con lo sucedido desde su llegada: una limusina, un examen, un cuchillito, un copo de nieve, unos esquís, un despertador…

-Gracias-Amy aguantaba las lágrimas que ya humedecían sus ojos- ¿Cómo has sabido cuando era mi cumpleaños?

-En el viaje lo dijiste en sueños. Y no fue lo único- Esbozó una gran sonrisa pícara que hizo reaccionar a Amy en el momento.

-¿Qué dije?

-Ah.

El coche frenó frente a una mansión inmensa y llena de coches aparcados en los jardines.

-Mí querida Amy- Dan abría la puerta a los jóvenes que salieron de uno en uno del vehículo.

-Soy Soraya- La chica empujó a Amy y se apresuró a presentarse al apuesto muchacho.

-Soraya… Me gusta… ese nombre- El muchacho analizaba a la pequeña jovencita. No igualaba la belleza de Amy pero le podía servir.

-Por aquí, por favor.

Los otros chicos siguieron hablando en el jardín haciendo caso omiso a lo que Dan decía hasta que comenzó a refrescar.

-Será mejor entrar-Comenzó Fer- Quiero ver si puede romper un pedacito de tarta con el cuchillito que vi antes. Será divertido

En efecto, fue más que divertido. Verle cortar la tarta con un cuchillo de plástico por miedo a que pudiese cortarse y hacer que uno de sus guardaespaldas soplara las velas por él por miedo a quemarse hizo soltar alguna carcajada a más de uno.

-Mirad lo que pudo hacer- Lidia se situó tras Dan en un momento en que sus guardaespaldas se encontraban ausentes y le empujó por las escaleras cayendo sobre uno de sus pasteles de cumpleaños.

-¿Quién ha sido?

La gente no contestó aunque si se rió mucho.

-Estás bien-Soraya ayudo a recoger a Dan- Ha sido esa Lidia, no deberías haberla invitado

Lidia se volvió hacia ellos e izo una reverencia.

-Usted, principito, no cree que soy fantástica.

Todos los invitados se rieron por lo bajo, algo que no gustó a Dan que salió enfadado de la estancia.

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