viernes, 16 de julio de 2010

Capitulo 4: No es bueno que te despierten a las seis

Amy se despertó en mitad de la noche, miró a su alrededor para ver que todo estaba en orden.

Bajó ligeramente la mirada al suelo y vio allí a su hermano pequeño Brian durmiendo cómodamente en la alfombra que había a los pies de su cama.

Su hermano tan solo tenía tres años y cada vez que sentía miedo iba a la alfombra de la habitación de su hermana. El niño no sabía por qué pero se sentía más a gusto allí.

Amy le cogió en brazos y lo arropo en su cama, decidió ir a por un vaso de agua para despejarse pues sabía que ya no podría dormir más aquella noche.

En el reloj de la cocina marcaban las seis, Amy que venia de una familia inglesa solía despertarse muy temprano y nunca sabía que hacer hasta que sus amigos despertasen pero hoy tenia una idea.

Subió a su cuarto se puso unos vaqueros y una camiseta cualquiera y metió el uniforme en una bolsa de deporte, dejó una nota en la cocina que decía:

Queridos mamá y papá:

He ido a dar un paseo mañanero, no os preocupéis ya he desayunado y llevo el uniforme para cambiarme al llegar al colegio

Os quiere

AMY

Se calzó y subió la calle, hasta encontrar la mansión en la que vivía Nico, no era muy difícil encontrarla entre todas las pequeñas casitas de color blanco del pueblo, y se situó bajo una ventana con unas cortinas de color azul y cuyas cortinas estaban decoradas con el nombre de Nico bordado en color cobrizo, como no aquella debía ser su habitación.

Comenzó a tirarle piedras a la ventana, pero no se dio cuenta de que el chico se había asomado y una de las piedras cayó sobre su cabeza.

-¿Qué haces?-Gritó dolorido por el golpe-¿Quién está ahí?

-Soy Amy, baja.

-¿Qué hora es?- Nico se dio la vuelta para mirar el reloj despertador de su mesita las seis y diez- ¿Qué haces aquí a estas horas?

-Tú vístete, coge el uniforme y baja.

El chico acabo bajando sin muchas ganas.

Amy comenzó a reírse sin reparar en si la oían o no señalando hacia la ropa del chico.

-¿Dónde vas con esas pintas?- Amy no pudo aguantar la risa por mas tiempo y comenzó de nuevo.

El chico iba vestido con un jersey de v, una camisa de manga larga y unos pantalones de pinzas. Amy nunca había visto a alguien así vestido por el pueblo.

-¿Qué tiene de malo?

-¿Me dejas subir?

-¿Para?

A Amy le dio igual y subió hasta el cuarto del joven.

Era una gran habitación muy distinta a como la había imaginado, las paredes eran de color azul oscuro y con una cenefa de rayas blancas, estaba entera con pósters de skeiters profesionales, todos los demás muebles eran de color blanco.

Aunque a primera vista no lo pareciera era una habitación acogedora.

Amy despertó de su asombro y rebuscó en el armario sacó unos vaqueros con en bajo deshilachado y una camiseta deportiva.

-Ponte esto, yo te espero abajo.

Al cabo de un para de minutos Nico volvió a bajar y esta vez a Amy si que le gustó su aspecto.

Comenzó a despeinarle para darle el toque que le faltaba.

-Me parezco a cuando voy a hacer skeit, no me gusta salir así a la calle.

Realmente parecía otro, los cabellos cobrizos iban cada uno para un lado distinto, la camiseta le quedaba un pelín grande y arrastraba los vaqueros.

Amy esbozó una leve sonrisa.

-¿Desde cuando haces skeit?- Preguntó de repente con interés.

-Desde los cuatro años, jugué al futbol un año pero no me gusta, bueno mejor dicho se me daba fatal y echaba de menos las piruetas del monopatín en el aire así que reanude con este deporte.

Amy comenzó a andar e hizo un gesto para que Nico la siguiera.

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