martes, 10 de agosto de 2010

Capitulo 21: Hermanos, cámaras y teléfonos

-Espera, te acompañamos.

Los tres jóvenes pasearon a la orilla del acantilado charlando sobre cosas triviales informando a Miky de cómo había cambiado su pueblo.

Miky parecía sorprendido con cualquier información que le daban Nico y su hermana por muy tonta que fuese, ese sentimiento de haberse perdido todo aquello le reconcomía pero sabía que la culpa de todo la tenían aquellos hombres que un día habían decidido llevárselo tal como así.

-Oye, que os parece venir mañana a comer a mi casa- Nico sonrió alegremente a sus compañeros y se volvió hacia ellos- Mañana vuelve la cocinera y preparará todos los platos que ha aprendido en sus vacaciones.

Estoy seguro de que no habrá ningún problema con ello.

Amy y Miky parecieron contentos con la idea. Tras aceptarla los tres prosiguieron con su camino.

-¿Qué es eso?-Miky señaló a la impresionante mansión de Nico rodeada de periodistas y fotógrafos.

Amy abrió mucho los ojos y comenzó un pequeño discurso de reprimenda dirigido a Nico que miraba atónito a la muchedumbre, observando ante todo a su madre intentando bajar del coche con las bolsas de la compra.

-¡Nicolás Miró!-Su madre se acercaba a ellos apretando los dientes que destacaban en su pintalabios rojo fuerte- ¿Qué significa esto?

Nicolás miró hacia Amy y se sonrojó, el color marfil de su cara se transformaba en un rojo que hacía resaltar su mirada triste.

Amy no era capaz de mirarla a los ojos y cogía la mano de su hermano con fuerza.

-Amy quisiera hablar contigo.

-Se puede saber que he hecho, solo quiero saberlo, por favor.

-No lo sabes, tu deberías saberlo más que nadie, sales en todas las portadas, Nicolás tenías que ver como se reían mis amigas del club de lectura, “¿sabes?” me decían todas “¿has visto a tu hijo con esa pueblerina?” se me caía la cara de vergüenza, hijo mío, ¿cuándo te he criado yo así? ¡Dime!

Su madre se tapó la cara con las manos en acto de vergüenza.

Nico sintió rabia hacia su madre, ¿quién era ella para decir con quién debía salir?, y aún peor, para criticar la persona que él había elegido.

Amy estaba asustada, no sabía como hacerse con el eco que un beso podía provocar, ¡Un simple beso!, su mente era todo un rompecabezas que amenazaba con irse esparciendo por la cabeza perdiendo cosas como podían ser su cordura, su sentido común o incluso amenazaba con tener miedo a enamorarse.

Era aún muy joven como para decir que estaba realmente enamorada, y temía no poder hacerlo nunca y menos aún si la persona de la que te has “enamorado” es alguien que sale en las revistas y en la televisión continuamente.

-Hijo mío, he hablado con tu padre y nos mudaremos en dos semanas- La madre de Nico destapó su cara unos instantes dejando ver el rímel corrido y el carmín se había difuminado- Lo tengo claro. No me harás pasar por algo así, no de nuevo. Sabes lo que hizo tu hermana y no volveré a pasar por ello. ¡Nuca!

-Ese es mi problema-La voz de Nico demostraba mucha rabia acumulada que salía a borbotones por su boca- Y que sepas que ella es feliz, algo que yo aún no he podido ser hasta mi llegada aquí. Ya sé cómo se siente, ¿por qué crees que se fue de casa? Ella, Martín y Lucía son felices- Sacó la cartera del bolsillo y dejó ver la foto de una joven pareja con un bebé en brazos.

-Nicolás, te ruego que me digas que esa foto es de una revista.

Nico bajó la cabeza en acto de negación, rápidamente cogió la mano de Amy y salió corriendo por la ladera.

Sus ojos estaban empapados de lágrimas e intentaba que Amy no se diese cuenta.

-¿Qué pasó con tu hermana?

-Nada que te interese saber.

-Nico, he dejado a mi hermano tirado, al cual no he visto en años porque ha estado secuestrado, exijo, al menos, una pequeña historia.

-Mi familia se mudó a un pueblo hará un par de años, mi hermana mayor se enamoró de un campesino, la prensa se enteró y mi madre se negó a la situación.

Cuando volvimos a la ciudad mi hermana cumplió la mayoría de edad, y volvió al pueblo, estudio periodismo y se casó con aquel chico, hace un mes tuvieron una hija, Lucía, yo no he podido conocerla, solo la he visto por la web Cam cuando hablo con mi hermana por internet.

No puedo ni usar el teléfono móvil, mi madre bloqueó el número en todos los números, incluido en el teléfono de mi hermana, y es el único método que tengo para hablar con ella y con Martín, su marido.

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